Eh, ¿Qué tal? Me llamo Antony López, y quiero compartir contigo una historia que no vas a creer. Si me hubieras conocido antes, dirías: «Antony es un boricua normal, algo geek, pero nada extraordinario». Pues bien, te sorprenderá saber que me he convertido en algo más que eso, me he convertido en un Prepper. ¿Sabes lo que es eso? No, no es el tipo que hace sándwiches en la panadería de la esquina, eso te lo aseguro.
En términos sencillos, un Prepper es alguien preparado para cualquier eventualidad. Podría ser un desastre natural, una crisis económica, incluso un apocalipsis zombie. Es decir, cualquier cosa que pueda poner en riesgo nuestra comodidad y supervivencia. Así que, sí, soy un boricua prepper.
Empezó todo con un radio solar. Ya, ya sé, suena ridículo, pero te juro que es verdad. Aquí en Puerto Rico, sabes que las tormentas y los huracanes pueden ser intensos. Y con la caída de la electricidad, bueno, necesitas una forma de mantenerte en contacto con el mundo.
Ese radio solar cambió mi perspectiva. Es un dispositivo resistente, capaz de funcionar en condiciones duras y extremas. Porque, vamos, no tenemos que ir muy lejos para recordar lo brutales que pueden ser los desastres naturales aquí.
Si viviste en Puerto Rico durante el 2017, sabrás de lo que hablo. El Huracán María. Ese nombre todavía me da escalofríos. Fue uno de los desastres más desafiantes y difíciles en la historia reciente de nuestra isla. Vientos de hasta 155 millas por hora, una destrucción total en cada rincón, la electricidad y las comunicaciones… poof, desaparecieron.
Y aquí está la parte que nunca olvidaré: estar sin energía, sin forma de comunicarte, durante semanas, incluso meses, no fue algo sencillo. Sentías que estabas en una especie de limbo, aislado de todo y de todos. Recuerdo haber escuchado en mi radio solar las noticias, los reportes de ayuda y las condiciones de la isla. Y aunque las noticias no eran precisamente alentadoras, ese radio fue mi línea de vida.
Aquella experiencia fue la que me hizo entender realmente lo frágil que puede ser nuestra forma de vida. Dependemos tanto de una infraestructura obsoleta, que no nos damos cuenta de lo vulnerables que somos hasta que se desmorona.
¿Sabes a qué me refiero? La comodidad de nuestras vidas está colgando de un hilo. Así que pensé, ¿por qué no estar un poco más preparado? Comencé a investigar y monté mi propio kit de emergencia. Al principio, era algo simple: un poco de comida enlatada, agua, un botiquín de primeros auxilios, algunas linternas, baterías, cosas así.
Pero luego, mi kit de emergencia empezó a crecer y a evolucionar. Ahora, si pasa algo, puedo alimentar a mi familia durante al menos dos semanas. Y no solo eso, también tengo los conocimientos y las habilidades para encontrar más comida y agua si es necesario.
Y así, el Huracán María, a pesar de su devastación, también me despertó. Me hizo darme cuenta de que necesitaba estar más preparado, más alerta. Y me empujó hacia el camino para convertirme en un boricua prepper. Y aquí estoy, listo para enfrentar cualquier eventualidad con un plan y mi confiable kit de emergencia.
La gente se ríe un poco, claro. Piensan que soy exagerado, paranoico. Pero déjame decirte algo, cuando las luces se apagan y los estantes del supermercado están vacíos, ¿a quién crees que van a llamar?
Ser un prepper no es ser paranoico. Es solo ser consciente de que el mundo puede ser un lugar volátil. Y si algo aprendí en todo este proceso, es que estar preparado puede darte la tranquilidad que nada más puede.
Y ahí lo tienes, la sorprendente transformación de Antony López, el boricua Prepper. ¿Quién lo hubiera pensado? Así que, si estás pensando en seguir mis pasos, te diré esto: no hay nada de malo en estar preparado. Y aunque esperamos nunca necesitar usar esos kits de emergencia, siempre es mejor tener uno y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo. ¿No crees?